Uniendo puntos

 

El otro día salí de la ducha y tuve una revelación. Uy, como suena eso. Bueno, una pequeña revelación. De hecho, como buen blogger, pensé en escribirla aquí. Luego la dejé pasar, pero hoy ha vuelto a mi mente. Estaba en la ducha dando muchas vueltas a mi cabeza, demasiadas…. hasta que llegó un momento en el que me cansé, lo curioso es que fue de repente. Como un interruptor, quizás por eso fue como una revelación. Dejé de pensar. Si, parece una tontería, pero así fue, dejé de escuchar a mi mente por un momento. No me convertí en un robot, me estaba secando, sentía el tacto de la toalla, las gotas en mi cuerpo, el olor del gel de baño… el caso es que sentí paz interior. Fueron segundos, tal vez un par de minutos, pero fue pasar de un estado de angustia a todo lo contrario, por eso me hizo reflexionar.

Hoy estaba tomandome un café leyendo el periódico. En la contraportada había un artículo de opinión. Comenzaba hablando algo de internet, así que seguí leyendolo, hablaba sobre un vídeo que le había llegado por email (el enlace supongo) de una charla de un tipo. Ahora que lo he encontrado online (artículo en cuestión en euskera), recuerdo que también me ha intrigado su título (El poder del presente). Más de una vez la mongolita compañera de blog y servidor hemos discurrido por ese asunto del presente. En el vídeo ese de dos horas el tal Tolle explica su teoría. Que no debe ser muy sencilla si se tira dos horas explicandola…

El caso es que he apuntado en mi móvil el nombre del susodicho (Eckhart Tolle) y al llegar a casa he encontrado el vídeo en cuestión. Una presentadora comienza la presentación. Soy muy escéptico con todas estas cuestiones, pero el artículo del periódico no me alarmaba en exceso, y tampoco el prólogo del vídeo en una universidad catalana me hacía pensar en charlatanes o en ninguna historia extraña de la que suelo salir escopeteado.

La señora presentadora comenta que el tal Tolle es el autor de un exitoso bestseller, ¿tropecientos millones de personas equivocadas? Pues no sería la primera vez, pero me ha intrigado lo del panfleto ese y he vuelto al buscador para tratar de encontrarlo. Y ahí lo tenía, en cómodo formato pdf. No muy extenso, 80 hojas. No se si los pdf tienen más palabras por página o los libros electrónicos son un resumen del original, pero siempre que descargo alguno me parece que los libros se quedan delgadísimos, sin apenas páginas. Bueno, a lo que iba, que he empezado a leerlo. Primero el prólogo, y aunque con cierta cautela he seguido leyendo. No, no lo he terminado, de hecho estoy en la página 14… que quitando la paja del principio, son unas cuatro páginas de libro. Casi creo que he escrito más en este post de lo que he leído del libro, eso puede que diga algo a favor suyo….. o no.

El libro me ha recordado desde el principio al que leí para dejar de fumar hace un año, de un tal Kerr que palmó de cancer de pulmón (libro en cuestión en pdf). Comentaba como había que desprenderse de una idea, alertaba sobre lo repetitivo que podía resultar leerlo, comenzaba haciendote pensar como aquel…. y si, aquel libro de Kerr me marcó, y no solo porque me ayudó a dejar de fumar, sino más que nada por la iluminación que alcancé justo al terminar el libro. Llámalo iluminación, revelación o que sentí en un momento concreto algo muy especial, que fui consciente que algún interruptor se activó (seguramente desactivó) dentro de mi.

Con ese recuerdo presente, he continuado leyendo. Sin desprenderme aún de mis siempre presentes dudas ante ciertas palabras como Dios y tal, he llegado a otro pasaje donde he sentido un nuevo dejavú. En este caso me ha trasladado a la sensación de la ducha que comentaba en el inicio. En un momento he ido enlazando los puntos en el espacio, como en esos pasatiempos de unir numeritos, y ha aparecido algo con cierto sentido. Quizás luego me descepcione el libro, pero no será por las ganas que tengo de sentir un nuevo click en mi cabeza. Quizás dejar de fumar tenga más ventajas de las que parece. Quizás uno no necesita libros como este para darse cuenta de ciertas cosas, quizás solo se necesita unir los puntos importantes de la vida.